Yo debo ser de otro planeta, de otra galaxia, o quizá es que esto de tener más experiencia en lo tocante al BDSM, a los protocolos de toda la vida, me hace ver el mundillo bedesemero de otra manera; aunque realmente siempre lo vi igual.
Yo, que como hombre he sido golfo a más no poder y no he respetado a maridos aburridos que dejaban casi en mis manos la salud sexual de sus queridas e idolatradas esposas, soy como Dominante una de las personas más respetuosas que conozco, y no, no es echarme flores, es una realidad creo que bastante palpable si se cruzan diez palabras conmigo.
¿Y a qué viene esto? Os preguntaréis...
La otra noche coincidí en uno de esos chats multitudinarios con varias sumisas y Dominantes, ni idea de las relaciones que había entre ellos, así que antes de empezar a hablar con una de las sumisas le pregunté si tenía Dueño, hecha la aclaración, y cómo la charla iba de protocolos simplemente di mi opinión de vez en cuándo; quizá que el 98% de los asistentes fueran novatos en el mundillo les hace ser suspicaces, desconfiados, tener la escopeta cargada. No lo sé, la verdad, pero creo que todo lo que conlleva ese no saber estar ni relacionarse sería muchísimo más sencillo si se dejara claro desde el principio qué son los protocolos y quién es cada cuál.
Supongo que tendré que hacerme una cuenta de esas de facebook en las que poner absolutamente todo de mi vida, no, no lo supongo, y además, paso, no me fío de facebook, facebook no es una red social, sino una máquina de hacer dinero mediante publicidad, y para saber qué ofertarte te leen hasta debajo de la cama tus datos privados, tus gustos, tus ires y tus venires...
Con lo fácil que sería volver simplemente a esos protocolos estrictos que nos diferencian con respecto a esta nueva hornada de practicantes del BDSM que enganchados por la sombras de Grey, o llegados al mundillo porque está de moda, serían una prueba difícil a pasar por quiénes sólo buscan un polvo duro, unos azotes con la mano o sentir la potencia de una irrumación (jeje) y de camino, un filtro para las personas que realmente están interesadas y los que sólo buscan un polvo rápido sin más explicaciones o sin tener que decir "te quiero o te amo" tras el encuentro.
El respeto debido se ha largado de vacaciones por lo que se ve, y, cómo dice lara sólo se halla en el diccionario.
En fin, habrá que echarle paciencia.
¿Y montar una escuela?
Quizá, tal vez, acaso sería una buena idea.
Pero, mientras un dominante desconfíe de las intenciones de otro, ¿cómo dejará a su ser sumiso entre las manos del director de la escuela?
Nada, que toca demostrar que se respeta, cuándo antes era todo lo contrario, se demostraba que no se respetaba, y quiénes nos movíamos en ciertos círculos simplemente dábamos de lado al irrespetuoso, parece que las tornas se han cambiado; lástima.
Yo, que como hombre he sido golfo a más no poder y no he respetado a maridos aburridos que dejaban casi en mis manos la salud sexual de sus queridas e idolatradas esposas, soy como Dominante una de las personas más respetuosas que conozco, y no, no es echarme flores, es una realidad creo que bastante palpable si se cruzan diez palabras conmigo.
¿Y a qué viene esto? Os preguntaréis...
La otra noche coincidí en uno de esos chats multitudinarios con varias sumisas y Dominantes, ni idea de las relaciones que había entre ellos, así que antes de empezar a hablar con una de las sumisas le pregunté si tenía Dueño, hecha la aclaración, y cómo la charla iba de protocolos simplemente di mi opinión de vez en cuándo; quizá que el 98% de los asistentes fueran novatos en el mundillo les hace ser suspicaces, desconfiados, tener la escopeta cargada. No lo sé, la verdad, pero creo que todo lo que conlleva ese no saber estar ni relacionarse sería muchísimo más sencillo si se dejara claro desde el principio qué son los protocolos y quién es cada cuál.
Supongo que tendré que hacerme una cuenta de esas de facebook en las que poner absolutamente todo de mi vida, no, no lo supongo, y además, paso, no me fío de facebook, facebook no es una red social, sino una máquina de hacer dinero mediante publicidad, y para saber qué ofertarte te leen hasta debajo de la cama tus datos privados, tus gustos, tus ires y tus venires...
Con lo fácil que sería volver simplemente a esos protocolos estrictos que nos diferencian con respecto a esta nueva hornada de practicantes del BDSM que enganchados por la sombras de Grey, o llegados al mundillo porque está de moda, serían una prueba difícil a pasar por quiénes sólo buscan un polvo duro, unos azotes con la mano o sentir la potencia de una irrumación (jeje) y de camino, un filtro para las personas que realmente están interesadas y los que sólo buscan un polvo rápido sin más explicaciones o sin tener que decir "te quiero o te amo" tras el encuentro.
El respeto debido se ha largado de vacaciones por lo que se ve, y, cómo dice lara sólo se halla en el diccionario.
En fin, habrá que echarle paciencia.
¿Y montar una escuela?
Quizá, tal vez, acaso sería una buena idea.
Pero, mientras un dominante desconfíe de las intenciones de otro, ¿cómo dejará a su ser sumiso entre las manos del director de la escuela?
Nada, que toca demostrar que se respeta, cuándo antes era todo lo contrario, se demostraba que no se respetaba, y quiénes nos movíamos en ciertos círculos simplemente dábamos de lado al irrespetuoso, parece que las tornas se han cambiado; lástima.
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